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martes, 7 de junio de 2011

Los partidos no escuchan la voz de los ciudadanos

Dos días después de las elecciones pedimos públicamente a las formaciones políticas, implicadas en la composición de nuevos gobiernos, que tuvieran en cuenta  los intereses de los ciudadanos y no los antepusieran  a alcanzar  pactos a cualquier precio para ocupar cotas de poder, puesto que los electores han dejado claro en las urnas que hay un creciente malestar hacia la clase política.
Pero tal como nos temíamos los partidos políticos, inmersos en la formación de nuevos gobiernos a través de pactos, se han olvidado muy pronto del severo correctivo que la ciudadanía les dio el pasado 22 de mayo, triplicando el número de votos nulos y blancos con respecto a los comicios celebrados en 2007.
Y así, se está repitiendo el penoso espectáculo que la mayor parte de los partidos  ofrecen  tras la celebración de elecciones,  que la fuerza que cuenta con mayor respaldo ciudadano pero que no alcanza la mayoría absoluta se queda con escasas opciones de gobierno dado el entendimiento y consenso que suelen alcanzar los partidos menos votados entre ellos, y que en algunos casos ni siquiera se avienen a negociar con el más votado, descartando cualquier pacto de antemano porque las cotas de poder a alcanzar son más pequeñas.
Las diferencias de los programas de gobierno, la forma de gestionar el dinero público, la ética o los encontronazos entre los líderes políticos desaparecen por arte de magia cuando se trata de alcanzar acuerdos de gobierno, que en muchos casos sólo persiguen la continuidad de esos profesionales de la política, que entiende esta noble actividad como un servicio a sí mismos antes que al bien general.
Estas formas de actuar unida a casos de corrupción,  enchufismo, de no escuchar ni atender las demandas de los ciudadanos están conduciendo al rechazo frontal de la ciudadanía hacia nuestro sistema político, afectando incluso a partidos como el nuestro caracterizado por valores como el trabajo, la austeridad, la eficacia, el rigor, la transparencia y la coherencia.
Por ello, en Compromiso por Gran Canaria entendemos que antes de llegar a pactos, es necesario plantearse una ética de gobierno y de participación, para poder cambiar la situación actual, caracterizada por una crisis económica y del sistema democrático, que afectan terriblemente a Canarias con graves problemas en educación, sanidad e incluso, en nuestro principal motor económico: el turismo.

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*María Bernarda Barrios Curbelo, presidenta de Compromiso y concejal en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

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